jueves, 18 de septiembre de 2025

¿Por qué los adolescentes nos desafían? ¿Por qué lo discuten todo? ¿Lo hacen por fastidiar?

 En la infancia los padres representan la norma, la ley, organizan nuestro mundo, son nuestros referentes, modelos a seguir, nos protegen, tomamos de ellos lo que está bien o mal, organizamos nuestros gustos, nuestras preferencias en torno a lo que vemos de ellos... Sin embargo, la adolescencia es la etapa donde necesitamos descubrir quienes somos, construir un yo autónomo, buscar un lugar propio, una identidad y para ello es preciso separarse de esa dependencia parental.

Confrontar valores, discutir, exponer ideas marca la diferencia y pone a prueba los límites.

Por otro lado, con la pubertad se pueden reabrir situaciones traumáticas que se originaron en la infancia y permanecieron latentes hasta el momento.

Según Dolto la palabra del adolescente debe ser escuchada aunque nos resulte molesta. Discutir es un intento de hacerse oír, de reafirmarse, de que el adulto vaya dándose cuenta de que ya no es un niño y lo trate como tal. Si no es así el adolescente puede rebelarse más.